Los diez años de restauración del patio de los leones de la Alhambra
De la mano del restaurador Francisco Lamolda vamos a conocer en qué han consistido los diez años de rehabilitación del patio más famoso del país custodiado por doce leones en el corazón de la Alhambra. Desde julio de este año podemos apreciar este espacio nazarí tal y como lo concibió alrededor del 1370 el sultán Muhammad V.
Gabinete de Comunicación del Patronato de la Alhambra y Generalife.
Las obras de restauración comenzaron en 2002 con la retirada del León número 4, la primera de las doce esculturas, que forman la fuente, en ser restaurada. El resto viajaron en 2007 a los talleres del Patronato de la Alhambra y Generalife donde fueron intervenidos. La gran taza dodecagonal, debido a sus grandes dimensiones, tuvo que ser restaurada insitu en un taller temporal instalado en el propio patio. La intervención integral concluyó este año con la colocación de la nueva pavimentación de mármol blanco de Macael que cubrió los 400 metros cuadrados de superficie del patio.
El biodeterioro ocasionado por diferentes microorganismos (bacterias, algas u hongos), así como el provocado por la climatología y la propia acción del agua, que favorece el depósito de costra de carbonatación, ha llevado a realizar una restauración profunda de la fuente y su circuito hidraúlico. “La taza es la pieza que presentaba menos problemas de conservación, por el contrario los leones son los más afectados. Suele ser la pata delantera izquierda, por donde discurre la canalización de agua, la más afectada por roturas o fisuras. Por otra parte, los rostros y orejas, al ser las partes más expuestas a la acción de las heladas y la lluvia, eran las más desgastadas”, explica el jefe del servicio de Conservación. Precisamente adoptar los criterios para las reintegraciones de los rostros y orejas de las figuras fue la fase más compleja.
Desde la retirada de los leones hasta el fin de las obras de pavimentación más de 10 millones de visitantes han pasado por el patio. Y es que uno de los retos planteados en el proyecto fue el de permitir al visitante disfrutar del Patio de los Leones durante las obras. “Esto ha implicado adecuar en numerosas ocasiones el ritmo de los trabajos a la visita, procurando causar la menor molestia posible al visitante”, explica Lamolda.
El equipo
Más de un centenar son las personas que han intervenido en el proceso de restauración. El Instituto de Patrimonio Cultural de España y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, junto al patronato de la Alhambra y Generalife han sido los encargados de dirigir a un equipo multidisciplinar formado por grupos de investigación de diferentes universidades, como la de Granada o Sevilla, y a más de 20 empresas. Han participado técnicos especialistas en más de quince disciplinas: historiadores, arquitectos, ingenieros, restauradores, informáticos, arqueólogos, topógrafos, geólogos, químicos, microbiólogos, etc.
Sistema hidráulico
Si hay una sensación común a los visitantes que han podido conocer el antes y el después del patio de este palacio porticado es la de armonía.
Durante su restauración se ha desarrollado un nuevo y moderno sistema hidráulico soterrado, que ha posibilitado la puesta en funcionamiento de sus once fuentes. “El visitante puede apreciar un funcionamiento armónico de las fuentes y el discurrir del agua que aporta un valor de autenticidad al conjunto del Palacio y nos acerca más a la visión de cómo pudo ser concebido en su origen”, explica Lamolda. Se ha planteado un sistema de circuito de agua controlada y tratada. “El agua es reciclada, siendo sometida a un triple proceso de filtrado, tratamientos de descalcificación, cloración, antiheladas con atemperamiento y vaciado automático de circuitos, y reposición automática de caudales de evaporación y de renovación periódica”, añade.
Las técnicas más avanzadas Los estudios científicos previos a la intervención han contribuido a conocer mejor las piezas a restaurar y los métodos más adecuados a utilizar. Para ellos se emplearon las técnicas más avanzadas. Aquí tenemos algunos ejemplos: para la documentación de las piezas se han empleado las técnicas más actuales de modelado digital en 3D mediante escáner láser; para la identificación de las bacterias presentes en el agua se utilizaron los procesos hoy vigentes en biología molecular; para conocer el estado de la piedra antes de su restauración se sirvieron de estudios de ultrasonidos. Incluso se utilizaron técnicas médicas como la gammagrafías que permitieron apreciar las fracturas que existían en las canalizaciones interiores y tomar las precauciones adecuadas antes de limpiar las piezas, o la endoscopía para visualizar el interior de las canalizaciones.
Aunque la intervención ya ha finalizado, ahora comienza un proceso de mantenimiento clave para que la fuente pueda permanecer en funcionamiento muchos años. “Ahora nuestros esfuerzos se centran en el programa de conservación preventiva. Tenemos por delante un año de evaluación de la fuente en funcionamiento que permitirá conocer qué aspectos pueden ser determinantes para su conservación. Abordaremos los aspectos que más directamente puedan afectar a su conservación como la propia ordenación de la visita en el patio, el funcionamiento del sistema hidráulico, la limpieza del agua, el comportamiento de los tratamientos de consolidación de los leones, etc.”, explica Francisco.
Prácticas de nuestros cursos en los Jardines de la Alhambra
En las 400 hectáreas que ocupa el complejo de la Alhambra podemos encontrar más de 400 especies de plantas. Un escenario más que
ideal del que pudieron disfrutar el pasado año los alumnos de la Fundación en las prácticas de varios cursos de jardinería.
En total fueron 45 alumnos los que realizaron las prácticas en los jardines de la Alhambra. Pertenecían a los cursos de Formación
Profesional para el Empleo de la especialidad de jardinería que se desarrollaban en el centro de formación de la Fundación en Granada.
Junto a los docentes de la entidad paritaria, fueron los propios trabajadores del Patronato de la Alhambra y Generalife (la agencia administrativa encargada de la custodia y conservación de bosques, jardines, cultivos y terrenos pertenecientes al recinto), los encargados de enseñar y examinar el trabajo de los alumnos.
Los jardines de la Alhambra conservan la estructura original musulmana de la época de construcción y las especies de flora existentes
entonces. De este modo, los alumnos pudieron acometer, bajo la supervisión de Rafael de la Cruz Márquez, responsable de las prácticas,
algunas siembras, limpieza de terrenos y las podas que esos años permitían las plantaciones.