Pedro Fernández Alén: "El principal desafío de las empresas es mejorar la productividad y para ello deben volcarse en la formación"
"El diálogo social, cuando es leal, funciona. Gracias a las buenas y constantes relaciones entre CNC, CCOO del Hábitat y UGT FICA, la construcción es un sector pionero, dinámico, flexible y ejemplar; la FLC debe ser una especie de fortín desde el que defender este diálogo"
Acaba de ser reelegido para los próximos cuatro años presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). Fue en la Asamblea General celebrada el pasado 20 de marzo en la sede de la CEOE, en Madrid. Para Pedro Fernández Alén (Badajoz, 1975), también presidente de la Fundación Laboral de la Construcción y de la Comisión de Infraestructuras y Concesiones de CEOE, y vicepresidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), esta nueva etapa la afronta "con ilusión, con ambición y con la esperanza de seguir levantando la mirada del sector de la construcción".
Secretario general de la CNC hasta 2019, accedió al cargo de presidente de la CNC en marzo de 2021. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales por la Fundación para la Formación de Altos Profesionales, agente de la Propiedad Inmobiliaria y diplomado en Derecho inmobiliario y urbanismo por la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense. Además, posee un máster de Dirección de Empresas Constructoras e Inmobiliarias (MDI) por la Universidad Politécnica de Madrid.
PREGUNTA.- ¿Cómo afronta este segundo mandato al frente de un sector que representa más del 10% del PIB y que da empleo a casi 1,5 millones de personas trabajadoras?
RESPUESTA.- Con la ilusión intacta y con más experiencia todavía para defender los intereses de nuestro tejido productivo, cuyas empresas son líderes mundiales. Con muchas ganas de seguir al frente de una organización que representa a empresarios, hombres y mujeres sin los cuales no existiría el desarrollo económico, social, medioambiental o digital en el que estamos inmersos como país. Y con la ambición y la esperanza de seguir levantando la mirada del sector de la construcción.
Creo humildemente que estamos trabajando en la buena dirección para prestigiar la imagen del sector y consolidarlo como eje de la transformación y modernización de España. Hemos apostado por la formación y cualificación de los trabajadores a través de la Fundación Laboral de la Construcción para acelerar en las obras el uso de la tecnología y de las últimas técnicas constructivas, sin olvidarnos en ningún momento de la sostenibilidad y competitividad de las empresas. Hemos puesto en marcha el primer plan de pensiones sectorial, que ya es líder en partícipes. Y hemos sido pioneros en regular, dentro de una actividad como la construcción, el trabajo en condiciones climáticas extremas.
No es poco, aunque podría ser más. Vamos a ello.
P.- ¿De qué hitos se siente más orgulloso?
R.- Mis sensaciones son muy positivas. La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) es la organización empresarial que agrupa a la práctica totalidad de un sector que en nuestro país representa casi el 10% del PIB y da empleo a cerca de 1,5 millones de personas. Nos hemos convertido en la voz principal del sector, que aboga por la unidad y por la libertad para defender los derechos e intereses de constructoras, promotoras, fabricantes y distribuidores de materiales, empresas de conservación y mantenimiento, maquinaria…
Durante estos años, hemos trabajado para sanear el sistema de contratación pública, hemos denunciado los abusos de medios propios por parte de las Administraciones, hemos señalado las licitaciones desiertas, hemos defendido la revisión de precios de los contratos públicos, la necesidad de renovar la maquinaria… sin olvidarnos de la integración de la mujer o el abandono de la formación profesional. Han sido cuatro años de una intensidad formidable.
P.- En estos momentos, y ante los nuevos retos que afronta el sector, ¿cuáles van a ser las primeras líneas de acción dentro de su hoja de ruta en esta nueva andadura que ahora comienza? ¿Y los objetivos a largo plazo?
R.- De cara al futuro, no pienso marcarme retos, más allá de ayudar en lo posible a las empresas en su día a día. En CNC estamos al servicio de un transatlántico llamado sector de la construcción. No somos una empresa privada, sino una Confederación donde trabajamos por y para las empresas. Somos su aliado para esquivar el iceberg. O, en caso de choque, mitigar los daños.
El mundo se ha vuelto demasiado imprevisible, así que no es posible actuar en el largo plazo como nos gustaría: la pandemia de covid y la posterior espiral inflacionaria de los precios de los materiales y de la energía, que durante años ha ahogado -y sigue haciéndolo intermitentemente- a nuestras constructoras, fue imposible de prever con antelación. Mi intención es seguir trabajando para ser útiles a las empresas ante una situación cada día más compleja e incierta. Los retos los determinará el día a día. Y es ahí donde seguiremos dando la talla.
Quiero que CNC siga siendo la escucha y voz de las empresas del sector ante la Administración. Seguiremos siendo el principal interlocutor social contra abusos o irregularidades. Estoy pensando en iniciativas unilaterales como, por ejemplo, la reducción de la jornada laboral que, además de que puede mermar sensiblemente el salario de los trabajadores, supone un ataque en toda regla contra la negociación colectiva.
Hablando más en términos generales, creo que en las organizaciones empresariales no sólo tenemos el deber de velar por los intereses de las empresas, sino que debemos trabajar con responsabilidad y demostrar nuestro compromiso con la creación de buenos empleos, ya que éste sería el principal reto que encaramos como país. Cuantos más buenos empleos seamos capaces de crear, mejor futuro tendrá nuestra democracia. Lo que no es baladí a la vista del nuevo desorden mundial. Y para crear esos buenos empleos, no hay tutía, hay que apostar por la formación, la tecnología y la sostenibilidad.
P.- En el ámbito empresarial, ¿cuáles son los principales desafíos que le trasladan las empresas del sector de la construcción de nuestro país?
R.- La vivienda, la falta de mano de obra o el abuso de medios propios por las administraciones son algunos de los asuntos en estos momentos de rabiosa actualidad.
Pero personalmente, creo que el principal desafío para las empresas españolas, también del sector de la construcción, es la mejora de la productividad. Y para mejorar su productividad y ser más competitivas, sin duda, las empresas deben volcarse en la formación de sus empleados.
P.- La situación que afronta actualmente el sector en cuanto a escasez de profesionales cualificados y falta de relevo generacional de sus profesionales, ¿cree que la solución pasa obligatoriamente por la formación?
R.- La construcción, además de ganar dinamismo, puede afrontar un problema de país como la escasez de vivienda en España si aborda sin demora otro problema con tres aspectos: la falta de mano de obra cualificada, el envejecimiento de las plantillas en la actividad constructora y la falta de relevo generacional. Ahora mismo, para cumplir con los compromisos adquiridos como país, en España faltan alrededor de 700.000 trabajadores en el sector. Por eso pedimos un completo Plan de Choque que promueva la reforma de la FP, la regularización de inmigrantes por arraigo y fomente la contratación de jóvenes y mujeres.
Analizando el conjunto de 2023, el peso de la población joven menor de 30 años asciende a 9% sobre el total de la población ocupada, un aumento del 0,1% en los últimos cinco años que, si bien al menos no es negativo, es claramente insuficiente para garantizar una renovación con creces.
A su vez, la población ocupada de 55 y más años asciende al 20,1% sobre el total de la población ocupada en 2023 en la construcción: en el mismo periodo, el aumento es del 3,9%. Es decir, que el sector renueva antes su mano de obra envejecida que su mano de obra joven en uno de los países con los paros juveniles más altos de Europa.
R.- ¿Qué medidas se deberían tomar en la construcción para revertir esta situación de falta de mano de obra, así como de presencia de jóvenes y mujeres interesados en el sector como futuro laboral?
R.- El sector es atractivo pero falta información. Se crea empleo de calidad, mayoritariamente contratos indefinidos y con un salario por encima de la media de otros sectores de la economía.
Para lograr este atractivo, CNC y los sindicatos mayoritarios del sector, gracias al inigualable marco que nos brinda la Fundación Laboral de la Construcción, hemos sacado adelante hitos históricos como el VII Convenio General, que recoge medidas inéditas como la puesta en marcha del primer plan de pensiones de empleo sectorial (para 1,4 millones de trabajadores de todo un sector), la incorporación del Real Decreto-ley que regula el trabajo bajo temperaturas extremas y otras mejoras salariales pactadas en 2022, cuando la inflación rompía la barrera del 10%. Hacemos más atractivo un sector donde se cobra más que la media del resto de sectores y que cuenta con el único plan de pensiones sectorial hasta la fecha. Mejoras laborales que no todo el mundo conoce.
Sabemos que quien empieza a trabajar en la construcción, se queda, pues se trata de un sector que ofrece interesantes trayectorias y oportunidades profesionales. El problema lo tenemos en la captación y es ahí donde seguiremos trabajando para acabar con la injusta demonización de nuestra imagen que provocó la crisis financiera de 2007.
P.- En este sentido, como presidente de la Fundación Laboral de la Construcción, creada hace más de 30 años gracias al diálogo social de los agentes sociales del sector, ¿qué desafíos cree que tiene esta entidad paritaria para los próximos años?
R.- Sencillamente, que los próximos 30 años sigan la senda marcada por los agentes sociales en la FLC desde 1992. No se me ocurre mejor resumen.
Esta entidad se ha convertido en la universidad del sector gracias a la buena relación y sintonía entre empresarios y sindicatos. Y el diálogo y la voluntad constructiva de alcanzar grandes acuerdos considero que representan un activo intangible de lo más preciado, pues permiten impulsar medidas consensuadas y ampliamente respaldadas, lo que las hace tener éxito y perdurar en el tiempo.
El diálogo social, cuando es leal, funciona. Gracias a las buenas y constantes relaciones entre CNC, CCOO del Hábitat y UGT FICA, la construcción es un sector pionero, dinámico, flexible y ejemplar. Por eso hay que respetarlo. En este sentido, la FLC tiene que ser una especie de fortín desde el que defender este diálogo, que tantos frutos está dando y tantos frutos dará.
P.- Y para finalizar, si pudiera pedir tres deseos para esta nueva andadura que comienza, ¿qué elegiría en relación con la Construcción?
R.- Me quedo con uno: consolidar la construcción como un sector fundamental para el futuro de España.
Y para ello, además de seguir trabajando para prestigiar su imagen y atractivo, necesitamos el antes mencionado Plan de Choque para formar a cientos de miles de alumnos en el sector a partir de las herramientas y tecnologías de última generación, sin olvidar el refuerzo necesario a la FP; volver al texto anterior a 2015 de la Ley de Contratos del Sector Público, en el que se ponía el centro de la solvencia de las empresas en su experiencia, y no casi en exclusividad en la disposición de los medios, como sucede ahora; y, el más importante quizá, un pacto de Estado en torno a la vivienda para desbloquear medidas necesarias como la Ley del Suelo, fracasada incomprensiblemente dos veces, como primer paso para empezar a plantear soluciones a la que ya es la principal preocupación de los españoles. Solo así, según nuestros cálculos, seremos capaces de levantar las 220.000 viviendas anuales que serían necesarias urgentemente para empezar a aliviar los problemas del mercado y poder alcanzar la velocidad de crucero de 150.000.
Muchas gracias y le deseamos todo tipo de éxitos profesionales al frente de este nuevo mandato.